Hace muchos años que llegué a la asociación sin ningún tipo de referencia ni experiencia, solo recuerdo que las primeras cosas que me impactaron durante los primeros días fue ver a esos padres implicados y dedicados a sus hijos durante horas y horas. Padres que hacían tiempo en la sala de espera mientras las profesionales hacíamos nuestro trabajo.
Una situación muy dura pero hermosa a la vez. Qué gran signo de amor es entregar una parte tan importante de tu vida para que trabajen mano a mano con tu hij@, sencillamente me fascinó.

Esa es una de las grandes claves en nuestras intervenciones. Poder trasladar a casa, a la calle, al colegio, a todos esos ámbitos donde nuestros niñ@s, jóvenes y adultos participan, poniendo en práctica todo lo que les transmitimos en nuestras sesiones.

Nuestras actuaciones, intervenciones y miradas se dirigen igualmente a la familia. Ellos también son nuestra prioridad, una pieza esencial en el desarrollo y evolución de nuestr@s usuari@s.

Es muy importante que haya un buen trabajo en equipo por ambas partes en la consecución de los objetivos que nos planteamos. Realizamos un acompañamiento a los padres, brindándoles apoyo, orientación y un espacio donde desahogarse.
 
Estamos orgullosos de las mamás y papás que día tras día nos muestran su paciencia, entrega, valentía y sobre todo su amor. Sin su ayuda y compromiso nuestro trabajo tampoco tendría sentido. 
Por eso hoy queremos dedicarles estas palabras, a los héroes de nuestros peques, que trabajan día a día, que disfrutan y se divierten, que lloran y se desesperan.
Desde Aspademis os damos las gracias por ser las manos que ponen en marcha nuestro trabajo desde casa.

Hoy los protagonistas sois vosotros. 

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